lunes, 10 de noviembre de 2014

Distribución de la superficie de venta



Disponer de un buen layout y distribución de la superficie de venta, es conseguir que el cliente recorra la totalidad de la tienda, permanezca el máximo de tiempo posible en ella y que la estancia en el punto de venta le sea agradable y cómoda.






Si conseguimos unir estos elementos de recorrido-permanencia-comodidad, tenemos la venta asegurada, solo falta disponer de un producto acorde con la demanda o necesidad por la cual nos visita el cliente, tanto en precio, en calidad, en presentación, etc.

Una vez hemos dispuesto una distribución interna acorde con nuestra gama de productos, al tipo de establecimiento, a su morfología  y nuestro público objetivo, debemos analizar y tener en cuenta otros aspectos para que todo sea efectivo, como son  la velocidad de la marcha, la permanencia, el sentido de la circulación en la tienda... ya que todo cuenta y es necesario para conseguir nuestro objetivo.

Otra variante más de todo lo comentado es lo que denominamos zonas calientes (aquellos emplazamientos donde la venta de cualquier producto expuesto es mayor, por metro lineal, que la media del establecimiento, y en los que confluye el mayor número de clientes) y zonas frías (aquellos lugares del punto de venta cuyo rendimiento a nivel de ventas está por debajo de la media general).





Con estas zonas cerramos el circulo de la movilidad, ya que por lógica siempre vamos donde mayor atracción tenemos y justamente es donde confluyen o transitan la mayoría de los clientes. 

Si el flujo de clientes o movimiento interior entre zonas calientes y frías no lo tenemos bien desarrollado, se generará un embudo que ralentiza y perjudica dos de los factores comentados anteriormente: la velocidad de la marcha, que tiene que ser constante y pausada y el sentido de la circulación del recorrido.

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